30 de noviembre de 2014

Poemas a quen pueda interesar

Pintura, Playa de South Hampton, Long Island


Último beso

Estoy a la orilla de tu vida
mendigándole a la distancia
la posibilidad de un encuentro
contigo
Tu cuerpo diminuto y grande
lo conservo en mis manos
con el último perfume
de tu espalda.
Deja que vuelva a acariciar
tu pelo, hecho de sombras
y ternuras.
No muere el instante
en que te vi reír
a la antesala de un beso
que secuestró mi vida
sin pedirle rescate
a tu silencio.
Quiero volver
a caminar en tu cintura,
a resbalar de miedo en tus caderas
y acribillar mi lengua
en tus deseos.
Tu piel se  quedó grabada
en las sagradas líneas de mi mano,
tu último beso fue el primero.


El beso que me debes

Con la sonrisa 
guardada en mi cabeza,
suena mi voz de lejos 
buscando tu caricia,
y es mi canto el avión 
que vuela en tu garganta
para pedirte el beso 
que me debes,
después de tanto tiempo 
de extrañarte.


® Francisco Henriquez Rosa

31 de octubre de 2014

La Tertulia Premiada en Argentina


La Asociación de Arte y Cultura de la localidad de Acebal, provincia de Santa Fe, Argentina, otorgó el 3er premio al poeta dominicano Luis E. Arzeno Romero, en el Certamen Internacional de Poesía “Plaza de los Poetas José Pedroni”, edición numero 33, que en esta ocasión fue el único ganador de carácter internacional.
El poeta Arzeno Romero, quien reside en la ciudad de Orlando es miembro de la organización cultural “Tertulia de Orlando” teniendo en su haber literario su reciente libro de poemas “Volverás a amar”.
El jurado del certamen internacional seleccionó el poema “Sombras” como el merecedor del 3er lugar en dicho certamen.

La Organización “Tertulia de Orlando”, dirigida por el escritor Francisco Henriquez, se siente orgullosa de que uno de sus miembros sea merecedor de tan alta distinción en tan prestigioso certamen. La entrega de los premios se llevará a cabo el sábado 8 de noviembre en la “Plaza de los Poetas José Pedroni”
Felicidades para nuestro gran amigo y poeta por este premio que tambien es de La Tertulia de Orlando y de toda la comunidad.
Es el punto de encuentro de cada segundo sábado de noviembre para comenzar con los festejos de la Fiesta Anual de la Poesía.


29 de octubre de 2014

La poesia que triunfa



Brindemos por el Poeta.

Al poeta Luis Arzeno

Por el sutil emblema de su pluma
y cordial armonía de su letra
que marca uno a uno
los símbolos del verso.

Por la cadencia altiva
de una silaba viva
que encuentra su misterio
en la breve ternura.

Por el placer de ir
rodando entre palabras
hasta encontrar
la imagen
de un soneto
una décima
o un cuarteto perdido.

Ese es el poeta
que está en guardia
ante el peligro de la risa
y la sorpresa de los verbos
que no se pueden conjugar.

Francisco Henriquez Rosa.

23 de octubre de 2014

Encuentro con La Reina del Bronx River


¿Dónde muere la dominicanidad? La Reina del Bronx River de Miriam Ventura.


Por MIGUEL ÁNGEL FORNERIN 

Un libro de buena poesía es siempre una variedad de propuestas de lectura. Pensamos en el arte poético como el trabajo del sujeto en la lengua
y en la apertura del texto hacia el futuro. El libro de Miriam Ventura, “La Reina del Bronx River”, es una propuesta que podríamos leer desde distintos horizontes; de manera comparativa, tomando como modelo dos poéticas dominicanas, la de Domingo Moreno Jimenes y la de Franklin Mieses Burgos.
Postumistas y sorprendidos se enfrentaron en dos corrientes que tienen tangencias en la poesía latinoamericana. La quiebra era contra el modernismo. El posmodernista Moreno Jimenes encuadra en las teorías de Manuel Ugarte y en la poética de Almafuerte.
Si dejamos atrás el trascendentalismo mesiánico dominicanista e hispanoamericano, Moreno conforma un modelo de creador que busca ligar la poesía con los elementos populares, ya en los contextos como en el lenguaje. Pone una estética dialógica, en las formas lingüísticas.
Por su parte, Franklin Mieses Burgos encara la poesía donde el hombre universal busca trascender la cotidianidad y entiende que lo dominicano, como sentido, debe volcarse a su dimensión universal. Eso sí, sin olvidar lo popular como contexto, lo propio. Entre estas dos tendencias se marca el accionar poético dominicano desde la década del treinta hasta los años ochenta, con sus variaciones o rompimientos.
“La Reina del Bronx River” es uno de los mejores libros de poesía escritos por mujeres en las últimas décadas.
Se destaca por ser un trabajo del lenguaje poético
dentro de una estética depurada. Sobresale el irracionalismo, la búsqueda de espacio nuevo para la poesía dominicana. Es el espacio viajero, de la poesía en tránsito que encuentra otro escenario donde han ido a parar los inmigrantes dominicanos.
Ese espacio y el río del Bronx sirven para la construcción de un referente mítico, como la voz de la Reina. El río es un actante que a veces es personaje. Un ser de agua, que estructura una mítica originaria y temporal que dialoga entre dos culturas (por no decir en una variedad de culturas) en un dialogismo de contextos culturales y referentes semióticos que van desde el merengue, la salsa, la música clásica, el pop y el jazz. Es la obra un coloquio del meltingpot, del encuentro multívoco de las distintas diásporas. Pero la Reina mostrará su principalía en ser mujer y venir desde otro espacio mítico caribeño a dialogar con el río del Bronx en una lucha en que el río es el apoderado de todos los sentidos de la ciudad, pero que después de la construcción poemática no será el mismo.
Aunque ya se ha leído como un discurso biográfico, pienso que la lectura de este largo poema es el trabajo en la cultura literaria, desde la tradición dominicana hacia las distintas tradiciones latinoamericanas y lo biográfico sobra, como huelga la lectura dentro del binarismo majestad-libertad. Lo que hace a la Reina señora es su implicación en las aguas, es el río en el que se habla desde la diglosia entre el inglés y el español. Ahora
bien, no existe aquí una forma de bilingüismo ni tan siquiera un trabajo de la oralidad del inmigrante, sino un diálogo de lenguas- culturas en la construcción de un espacio mítico emergente.
Otro aspecto que me parece sobresaliente en el texto es su acendrada unidad como propósito poético. Desde el principio hasta el final, se intenta la fundación de un espacio y la construcción mítica de una nueva ciudad
al lado de un río danzante y heterotópico, en el que cruzan distintas formas culturales, signos y discursos.
He de observarse de una larga tradición
de la poesía dominicana que ha buscado construir personajes míticos y espacio de leyenda y estampa, como en “Rosa de tier ra” de Rafael Américo Henríquez, en “Yelidá” de Hernández Franco, en “Magino Quezada” de Freddy Gaton Arce, entre otros.
Esos poemas buscan constituirse, no solo en una épica-lírica, sino en una poética fundacional. Ese aspecto es fundamental porque todos estos poetas antes mencionados han deseado construir contextos expresivos que les permitan instaurar una poética en un solo poema, en un poema que deberá fundar la totalidad como aspiración del saber, vivir y decir de distintas voces y representaciones de lo dominicano y lo caribeño.
En este segundo horizonte de la poesía dominicana, el poemario adquiere un valor inusitado porque la lectura nos conduce a la fundación de un espacio (locus) en el mundo de la emigración, que se manifiesta como realización de un sueño, de aspiraciones de un ser del allá que dialoga con el acá.
Una plática que hilvana los hilos más finos de la cultura en movimiento, de la cultura como hacerse cotidiano que solamente podemos recuperar a través del poema, que es, en fin, una contradicción indefinida donde esos referentes reverberan. Mayor es la importancia cuando ese espacio de llegada y esos diálogos entre la cultura de abajo y la de arriba, la de esta orilla y la del río, se encuentran enfrentados desde la voz femenina, lo que hace que pensemos en el transcurrir de la poesía escrita por mujeres y por las mujeres dominicanas en la emigración.
Si dejamos atrás a Josefa Brea, fue Salomé Ureña en el siglo XIX la poeta que abrió una cala en el espacio patriarcal para construirse desde la poesía y desde las aulas en una voz que clamaba por una nueva polis y por la entrada de las mujeres dominicanas en el espacio público.
La mujer dominicana buscó la polis, pero fue relegada por el patriarcalismo trujillista. Unas fueron expulsadas de su propio suelo y otras quedaron en las viajas estéticas o en un trascendentalismo que poco pudo poner en juego la relación problemática entre el poema y el poder. En fin, construyeron ideologías con las que no pudieron desafiar las ideas y la falocracia del régimen.
Ahora bien, con la Reina pasa otra cosa. Miriam Ventura trabaja lo político de otra manera. Es el suyo el poema abierto a la pluralidad significativa que lucha en un espacio centro-margen. Desde un principio lo nacional se marca de forma irónica, “los chavitos de nación”son el menudo que se pierde y se ha perdido; son las pocas monedas que nos quedan en un tiempo en que todo ha cambiado y el dinero también ha disipado su propia identidad. Solo permanecen los cavitos de lo que antes era fuerte, duro y entero.
Finalmente, estos tiempos revocables quedan inscritos, porque la obra es arte y la poeta artífice y lectora en la diversidad de la cultura. De ahí que lo político también se juegue en la oralidad cruzada entre el inglés y el español. Un elemento que nos coloca de nuevo en la estética de los del setenta y ochenta que tantos logros tiene en la poesía.
“La Reina del Bronx River” es un texto complejo y sencillo a la vez. Un espacio de fundación y cambios en el que se encuentra el
poema que expresa y teje un manto de agua (porque somos islas) buscando más allá, porque como su voz señala, de forma intertextual y cultural, quien no cree en esta Reina… muere aquí.
Fuente:  http://hoy.com.do

3 de septiembre de 2014

Siete Poetas de Marruecos

El Marruecos de Ellas.



En el horizonte de la poesía marroquí contemporánea, escasamente conocida en México, destacan por su fuerza y frescura las voces femeninas que se alzan en pie de igualdad con las de los hombres. Su sensibilidad, expresa en diversas lenguas –destacadamente en árabe o en amazigh– los rasgos distintivos de la multiculturalidad del Magreb. Esta muestra de siete autoras nacidas entre 1958 y 1980 refleja la originalidad de una poesía que se arraiga en el imaginario del norte de África y en las dos orillas del Mediterráneo occidental. Sus creaciones fluyen en el cruce de Oriente y Occidente, entre modernidad y tradición, para dibujar con finos trazos sus afinidades con la poesía que hoy se escribe en otras regiones del mundo.

Nobleza
Rajae Talbi
(Casablanca, 1966)
Nada pudo mover su nobleza.
Ni su dulce boca,
ni su atractivo rojo de labios,
ni sus hambrientos ojos,
ni su deseado cuerpo.
Tampoco sus zapatos altos
que taconean
como un reclamo.
Es hombre de un gran amor,
un amor que ayuna toda la eternidad
y sólo come de la mesa de su amada.

Versión del árabe de Abdellatif Zennan



De otro tiempo
Fatiha Morchid
(Benslimane, 1958)
Soy mujer
de otro tiempo,
apoyo el estetoscopio
sobre el corazón del mundo
que no me escucha.
Y cada vez que la roca
rompe mi flujo
lo entrego a las arenas.

El ímpetu del viento
arranca las ramas.
Las restantes
las consagraré a
                      la nada.
Beberé el brindis
de la tempestad.
Tal vez pueda
          morir
          de amor
           por sobredosis.

Versión del árabe de Mezouar El Idrissi


Cautela
Amal Al Akhtar
(Alcazarquivir, 1967)
Como en cualquier amanecer,
me enajena una rosa temblorosa.
Como en cualquier mediodía,
una rosa triste me abandona.
Como en cualquier tarde,
Voy y vuelvo temerosa.

Versión del árabe de Khalid Raissouni



Residencia
Latifa Meskini
(Fez, 1970)
El gemido es un canto que se cubre con el trance.
Si el gemido fuese una morada me alojaría en ella,
coloraría su interior y exterior
con los colores del trance.
En aquel gemido
me entré entera,
de mí salió entera,
se calló enteramente.
La sangre gime en la arteria
Revela su expresión cuando alcanza el corazón
se calla cuando alcanza la mente.
El gemido de la memoria es una revelación sin palabras
cuando escuchas su voz
amarra tus orejas, descuida sus notas.
Ninguna travesía pudo limitar el gemido
que se perdió solitario,
por el eco resonó, por el silencio sucedió
¡Delimita el límite entre el gemido y el silencio
Para que no pierdas la voz!
El gemido desafía a la expresión.

Versión del árabe de Reddad Cherati


Gula
Fátima Zahra Bennis
(Tetuán, 1973)
Bebes un resplandor
de agua y fuego
con tu paralizado útero
como si fuera miel
Tu vacío se disculpa
Ante un espejismo
que no te merece
Estás llena de gula
y con tinta de ansiedad
                        riegas
el desierto del corazón.
Estás destinada a lo imposible.
Ninguna patria te dará cobijo,
ni han de saciarte las cosechas.

Versión del árabe de Mezouar El Idrissi


Verdor ardiente
Lamiae El Amrani
(Tetuán, 1980)
Despierta en la noche
me visita tu mirada
tus ojos de verde
y verde esperanza
me acerco a ellos
y cabalgo en tu cama
tú corres en mis ríos
yo corro en tu mirada

En español en el original


Disculpa
Imane Khattabi
(Tetuán, 1974)
Como un príncipe, la primavera avanzó hacia ella
y se inclinó con la educación de los nobles:
¿Me concedes esta pieza, mi señora?
Se disculpó con amargura:
Murió el talón de mi alegría,
y en el cuerpo que llevo en mi bolso
se han marchitado las rosas.

Versión del árabe de Mezouar El Idrissi



® Suplemento Jornada Semanal.  

Jorge Valdés Díaz-Vélez

23 de febrero de 2014

Armadura del Silencio

Francisco Henriquez y Alonso Mejia en La Tertulia del Bronx, 1991
Algunos poemas 
de Alonso Mejia (Medellin).


Aún persiste el uso de hablar con uno mismo

Aún persiste el uso de hablar con uno mismo
y esto nada tiene que ver con la tristeza.
Nada hay como hablar con un tono quebradizo
manipulado por el ardor de los deseos frustrados,
pero si escogimos un tono más severo
y ennoblecidos por los golpes,
pero envilecidos por las amenazas,
optamos por considerar el universo
una consecuencia del despilfarro del tiempo
o de la acosada conciencia de la muerte,
fue por hacer a un lado la violencia


y al otro cuanto había de premonitorio.

Héroes secretos

La ciudad fue sitiada en la mañana
y al atardecer se había entregado.
El enemigo jamás posaría una mano
sobre sus habitantes indefensos,
les bastaban su resuello
y su presencia inquietantes.

El ciudadano contempla el cielo gris
con la misma desesperanza de antes,
se avecina la noche y ya vendrá otro día,
sorprende sus carnes en tensión creciente
y rechazando el miedo guarda el puñal,
vuelve a casa
y se tiende a llorar desconsolado.
Queda un abismo de silencio.

La congoja de esta herida es secreta
y el recuerdo de un grito final
teñido de aguas pútridas y sangre

no lo alienta.

Acto de fe

Creo en las cosas irreales
hechas con la sangre:
el fuego que nació en el corazón
de la roca fría,
despertar un día
hecho instinto puro
como trasfigurado por un dolor
de muelas,
la máscara de cristal,
la luz ácida y febril
que bañó el rostro que no
quise convertir en un recuerdo,
el ritmo paralizante, un perfil
que retrata la conciencia
o la mariposa que mira
el crecimiento de sus alas. 

Mi mundo

Ciudades, lagos, tristezas y dichas
buscaron su tiempo, su espacio en mis sienes;
fueron cayendo arrancados como despojos,
dejando mis carnes untadas de luces, de nostalgias,
de aguas dulces, de fermentos
y de música desesperada, de humo y de vientos
huracanados que han ido borrándome el mundo,
ofreciéndome apenas un bálsamo oscuro.
Un mundo entero resbaló de mi frente
hiriendo mi pecho, buscando mi cuerpo.

Voy olvidando mi mundo que sigo llevando
en la sangre que corre sin detenerse
para formar este mundo que va subiendo
a la frente que lo contempla asombrada,
ensimismada, creyéndolo imaginado.
Lluvia hirviente que se desata para ascender
en vapor, mi clamor, el mundo que no olvidé. 

Si ...

Si encontráramos al menos las palabras
necesarias para estallar el ámbito
o esa gritería ordenadora del universo,
si fuéramos los asesinos atrapados
en las urgencias del peligro y el amor
o los gestores de las revoluciones infinitas,
si cediéramos al aire todo lo que somos,
siempre transparentes y lumínicos,
con la sangre a borbotones en los ojos,
si osáramos atravesar de noche los umbrales
y detenernos suspendidos en los puentes,
si emprendiéramos con el mismo aliento
la ida y el retorno, el arduo camino de la entrega
o del abandono, dominantes y dominados,
emanando voluntad y rocío y no los ácidos
que erosionan lentamente estos paisajes.

® Alonso Mejia
Libro "Armadura del Silencio"
1991

11 de febrero de 2014

Cortázar en el 30 aniversario de su muerte



“Las circunstancias de mi nacimiento fueron nada extraordinarias pero sí un tanto pintorescas, porque fue un nacimiento que se produjo en Bruselas como podría haberse producido en Helsinki o en Guatemala: todo dependía de la función que le hubieran dado a mi padre en ese momento. El hecho de que él acababa de casarse y llegó prácticamente de viaje de bodas de Bélgica hizo que yo naciera en Bruselas en el mismo momento en que el káiser y sus tropas se lanzaban a la conquista de Bélgica, que tomaron en los días de mi nacimiento. De modo que ese relato que me ha hecho mi madre es absolutamente cierto: mi nacimiento fue un nacimiento sumamente bélico, lo cual dio como resultado a uno de los hombres más pacifistas que hay en este planeta"...


“Qué familia, hermano. / Ni un abuelo comodoro, ni una carga / deca / balle / ría, / nada, ni un cura ilustre, un chorro, / nadie en los nombres de las calles, / nadie en las estampillas, / minga de rango, / minga de abolengo, / nadie por quien ponerse melancólico / en las estancias de los otros, / nadie que esté parado en mi apellido / y exija de la estirpe / la pudorosa relación: ‘Aquel Cortázar, / amigo de Las Heras…’. / Ma qué Las Heras, / no tuvimos a nadie, ni siquiera / en Las Heras (la Penitenciaría / que ya tampoco existe, me contaron”...



“Mi casa, vista desde la perspectiva de la infancia, era también gótica, no por su arquitectura sino por la acumulación de terrores que nacía de las cosas y de las creencias, de los pasillos mal iluminados, y de las conversaciones de los grandes en la sobremesa”...



“Me acuerdo de una plaza, poca cosa: un farol, un paraíso, unos malvones, y ni un banco en que estar y ni una rosa. Pero venían todos los gorriones”... 



“Por fortuna me escapé de lo que se suele llamar complejo de Edipo, el cual ha malogrado y malogra a tantos escritores, aunque a otros les otorgue una cierta grandeza. (…) En lo alto y flaco me parezco a mi padre. Saqué los ojos anormalmente separados de mi abuelo materno: en cambio me parezco a mi madre psicológicamente. Es muy imaginativa y novelera. Lee cuanto cae en sus manos. Desde niño, eso me permitió tener libros a mi alcance. Nunca me dio consejos literarios. Intelectualmente era incapaz de hacerlo; en cambio discutíamos nuestras lecturas comunes; por ejemplo, los dos somos unos eruditos sobre las obras de Alejandro Dumas. Las comentábamos interminablemente”...



Siempre estoy atrasado de lecturas y de escrituras. Y voy a cumplir 43 años, estoy viejo, viejísimo (detrás de mi incorregible cara de chico)”...
“Yo guardo el recuerdo de mi juventud con tanta tristeza ternura como vos, pero hoy en día me siento tanto o más ávido que entonces. (…) Creo que la única gran pérdida son las ilusiones, y a veces las certidumbres, por hermosas que sean, no alcanzan a reemplazarlas. De todos modos hay algo innegable: de muchacho, uno no sabe realmente lo que hace. La autocrítica se ejerce más en el orden moral que en el intelectual. (…) ¿Te acuerdas de lo que era recibir entonces un regalo de un amigo? Era como una salpicadura de divinidad. Las más pequeñas cosas, una cita, un cumpleaños, un banco de plaza, todo estaba cargado de infinito, no sé decirlo de otra manera. Uno lloraba de otra manera”..

“Sobre todo camino y miro. Tengo que aprender a ver, todavía no sé”. “No tengo ideas claras, ni siquiera tengo ideas. Hay jirones, impulsos, bloques, y todo busca una forma, entonces entra en juego el ritmo y yo escribo dentro de ese ritmo, escribo por él, movido por él y no por eso que llaman pensamiento y que hace la prosa literaria u otra. Hay primero una situación confusa, que solo puede definirse en la palabra; de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir (si lo que quiere decirse) tiene suficiente fuerza, inmediatamente se inicia el swing, un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia clara y como fatal: la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro"...
“En otras ocasiones he hablado de los autores que influyeron en mí, de Julio Verne a Alfred Jarry, pasando por Macedonio Fernández, Borges, Homero, Arlt, Garcilaso, Damon Runyon, Cocteau (que me hizo entrar de cabeza en la literatura contemporánea), Virginia Woolf, Keats (pero este es terreno sagrado, numinoso, y ruego al linotipista que no escriba luminoso), Lautréamont, S. S. Van Dine, Pedro Salinas, Rimbaud, Ricardo E. Molinari, Edgar A. Poe, Lucio V. Mansilla, Mallarmé, Raymond Roussel, el Hugo Wast de Alegre y Desierto de piedra, y el Charles Dickens de Pickwick Club”... 
“Y no esa especie de mala conciencia que, también por deformación intelectual, tengo yo, en el sentido de que si me paso más de diez minutos sin hacer algo, sea lo que sea, tengo la impresión de que soy ingrato con ese hecho maravilloso que es estar viviendo, tener ese privilegio de la vida. Y es algo que siento cada vez más, mientras mi vida se acorta y va llegando a su término ineluctable, si me permitís la palabra tan cursi”...
“Cuando no recibo suficiente dinero por mis libros o discos, me voy de nuevo a traducir bodrios a la Unesco; lo importante es no ‘profesionalizarse’ en el mal sentido de la palabra”..
“Aurora y yo incurrimos en el matrimonio hace dos días, sábado 22, en la Mairie du 13. Nos casó un maire condecorado, con banda tricolor al pecho y pelo cepillo, muy francés y muy simpático”...
“Todo aquel que vive bien despierto sueña mucho, tiene una carga onírica particularmente densa. ¿Por qué no creer, entonces, que la relación recíproca es también válida, y que hace falta soñar mucho – es decir, aceptar y asumir los sueños- para vivir cada vez más despiertos? (…) Creo que el hombre debería ir al encuentro de su doble nocturno, desterrado y perseguido, para traerlo fraternalmente de la mano, algún día, y hacerle franquear a su lado las puertas de la ciudad”...









Fuente:   http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/11/actualidad/1392141836_920724.html

6 de febrero de 2014

La Ternura, lo único



I

Lo único que ennoblece el alma
es la ternura
único bálsamo
que aclara nuestras tinieblas
rosa perseguida
por los antípodas
y cojos de pensamiento
Es la ternura
con su corona de espinas
y perfumes
llovidos del cielo
con aromas sempiternas
y colores bordados
en la piel de la luna
lo único que enorgullece el alma
es la ternura
la que sale del grito
del recién nacido
o de canto hondo
de un gitano extraviado.

II

La ternura
no es el espanto
es el aroma
de los tiempos del amor
es la colmena de deseos
que anidan en el espíritu
para conquistar la gloria.

La Ternura no es un dolor
es un sentir húmedo
que la vida nos riega
para que el corazón
se llene de flores.

La ternura nos da el pan
de besos
para que nuestra hambre
sea la vida.

La ternura camina
como hormiga silenciosa
esperando una migaja
de dolor

para endulzar la vida.

®Francisco Henriquez Rosa

27 de enero de 2014

Un Poema al Coronel

Poema del Poeta Dominicano Manuel Del Cabral 
al líder de la Revolución Dominicana, Coronel Fernandez Dominguez.

Como luto que huye de un cuchillo que piensa,
descosieron la noche
y sus manos le dieron apellido a la tierra.

Lo demás son las cosas que hacen crecer difuntos.
Rafael, por ejemplo,
preparaba su muerte, la cuidaba
lo mismo que un viajero que no quiere que sepan
de los itinerarios de su sangre,
su muerte era un asunto de raíces,

le secreteaba
como si fuera la primera novia,
porque sabía que su muerte era limpia,
le cuidaba el detalle, su futuro de lámpara,
la ocultaba lo mismo que el amante cuando oculta
el sitio de sus caricias,
porque sabía que de pie se quedaba su cadáver.

Ya ves, Rafael, bajo tu kepis y tus charreteras,
iba un corazón sin ropa como el agua,
era un poco de río con pájaros profundos,
y no te hicieron caso.



Los que venden a ratos hasta el agua del párpado,
con plomos voladores escondidos
te llenaron el cuerpo de ojos a borbotones,
te lo llenaron de pequeñitas muertes cotizadas;
tu espacio de carne y hueso lo pagaron
a precio de vacuno;
esperaban los pantalones de tu silencio,
se escondían detrás de tu honradez,
tu presencia los llenaba de vergonzosas velocidades;
se agachaban detrás de tu palabra,
no podían matarte frente a frente
pero tampoco te querían vivo,

incomodaba tu prontuario limpio,
la noche que guardaban tus contrarios
y el miedo igual que una placita sola,
de pronto se alumbraban con tus balas,
agrupaban alturas tus pisadas
hasta poner al pueblo en su estatura.



Los discursos
en un metro de tierra te metieron el cuerpo,
creyeron que con eso te enterraban;
sin embargo,

los buitres no vinieron a tu limpio cadáver,
pero vino la abeja, su visita obrera
sabía que tu muerte es una esencia;
sabía que tu muerte es jabón para la historia,

sabía que tu cadáver de celeste oficio
anda profundo fumigando raíces de la tierra.


Manuel Del Cabral, Argentina, 1967

Poema de Francisco Henriquez

  Pregunta   En que bolsillo de mi alma Guardaré tu ausencia? En que mirada de la muchedumbre  Encontraré la tuya? Cuando el suelo me hable ...