31 de enero de 2007

Caracol que se duerme...




Se enfureció de luz
la sombra

cuando
el caracol
dormía
su angustia salada.
© Francisco Henriquez Rosa

30 de enero de 2007














Poema en el Malecón



Desde una sombra

cobijada con ramas
de tu vida

encuentro
los olores perdidos
que hoy dibujan
la golondrina azul
que
alimentaba tu pelo
cuando peinaba el río
tu cabellera roja.

Son sólo
nubes locas

que se amontonan
diariamente

a molestar la luz
y el tierno sol

que se alborota
de ternura
y viento sordo

esperando el aluvión
de espumas
de un mar brumoso,apretujado y recio.






® Francisco Henriquez Rosa



28 de enero de 2007

El Cielo, La Luna, El Sol









El cielo


envejeció
de tanto ser azul.













La luna


quedó enredada
en un panal de estrellas.













El Sol

después de tanta paciencia
(millones de años-luz)
ha pasado su vidasoñando con el fuego.



© Francisco Henriquez Rosa

14 de enero de 2007

ALEXIS GÓMEZ ROSA "Calié de la palabra"


“A propósito de un poeta” Pues como te iba diciendo



Tener la predilección de un poeta no es lo mismo que tener la predilección por un cantante o un pelotero.
El cantante por mas que te guste, pasa de moda y, aunque te siga gustando solamente te gustaba mucho cuando estaba “pegado”. Sobre el pelotero tiene que ver mucho su promedio de producción y a veces te desencantas cuando lo cambia de equipo.
El poeta no, sigue siendo el mismo; sigue sangrando multitudes y rebeliones y siempre está escapando del y buscando el infortunio. El poeta te dice lo que no sabes y que sientes, te lee la mano con la palma de su libro, llora contigo las peores alegrías y se exilia contigo cuando ve que la noche no quiere ser tu cómplice.
Creo en la poesía como aventura de lo no-dicho y como columpio de la realidad que no se mece. Este es el caso del Poeta Alexis Gómez Rosa, poeta aventurero y agente secreto de la palabra publica, es como decir un “calié literario”, donde no se salva una rima que pueda ser subversiva. Es el único poeta que se ha visto con saco, en pantalones cortos y en chancletas y que tomar vino o ron para él es un asunto de interpretación gutural.




En esta tierra de oro,
Yacen, colectivamente,
Los chinos de Bonao: amigos
Del Jefe y del país.
La comunidad cantonesa
En República Dominicana,
Siempre laboriosa y altruista,
Ruega a Dios, todopoderoso,
Por el eterno descanso
De estos comerciantes politeístas:
El oído del mundo.
De: Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida, 1994



¡Válgame Dios! ¡Por fin
la muerte! Ciñe de la poesía
su diadema. Sobre la mesa
dejo el romance, el soneto y la lira,
para ganar en piedra
o mármol tu homenaje postrero,
es mi tormento mayor.
Así termina y se oferta
Mi obra, de un polvo a otro
Con fin, (¡sálvame Dios!),
Rodeado por el diapasón
De tu lengua.
De: Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida, 1994



Una pena me embarga,
Mi hermano,
El día de mi entierro,
No podré contabilizar
Los asistentes.
De: Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida, 1994



Muchos vieron arder la sombra en la madrugada
Del puente.

Casas dormitando su miseria en el río
Después de un nutrido bombardeo… vuelve,
Volvió a ser roble la ceniza:

Piedra caribe
El muro gnomo y la casa de oración…
Abrió luego su pórtico el aullido. Oremos.

Vísceras de menesterosos, ¿quién dijo?
Cartílagos de plástico, fibras de vidrio y poliéster
Por las reventadas vitrinas, hierve la vida
En un oscuro convivio de ratas invioladas,
Colgados maniquíes en desfile,
Frente a mis ojos:
Chorreantes las luces de mercurio.
De: La tregua de los mamíferos, 2005.

7 de enero de 2007

Poesía de Fabio Fiallo


FABIO FIALLO
(República Dominicana, 1866-1942)


PLENILUNIO


A Américo Lugo

Por la verde alameda, silenciosos,
íbamos ella y yo
la luna tras los montes ascendía,
en la fronda cantaba el ruiseñor.
Y le dije... No sé lo que le dijo
mi temblorosa voz...
En el éter detúvose la luna,
interrumpió su canto el ruiseñor,
y la amada gentil, turbada y muda,
al cielo interrogó.
¿Sabéis de esas preguntas misteriosas
que una respuesta son?
Guarda, ¡oh, luna, el secreto de mi alma;
cállalo, ruiseñor!

Poema de Francisco Henriquez

  Pregunta   En que bolsillo de mi alma Guardaré tu ausencia? En que mirada de la muchedumbre  Encontraré la tuya? Cuando el suelo me hable ...