26 de marzo de 2017

Poesía Desde Cuba

" La felicidad se cruzó en mi camino pero siguió de largo en pasos de un viajero que no se detuvo para mitigar el cansancio, se alejó como aquel que ha perdido todo sin volver atrás"

"Como un pez lucho contra la corriente/ soportando el embate de estas aguas"

La poesía de el poeta Milho Montenegro (Alain Santana López, La Habana, 1982) es una poesía limpia y ordenada, cargada de una disciplina literaria y experimental, salvando una continuación del modernismo de un Martí o un Manuel del Casal, para dar algunos ejemplos académicos, ante una poesía que emerge fresca y comunicante.
El poeta conecta su lírica desde lo esotérico a lo terrenal, desde lo visual a lo corporal,
“Como Flor de Loto extiendo mi cuerpo/ simulo mansedumbre/ esa quietud como el sueño de un ángel.” Maneja el discurso poético con una prosa que no se aleja de la poesía, salvada por las imágenes y metáforas necesarias para el mensaje subliminal que, orienta al lector, estableciendo la comunicación y la comunión del poema.

Aun así el poeta escriba desde una posible insularidad, es un poeta con una linea universal. Su poesía es joven, pero su canto puede ser ancestral, poesía que es correcta, dentro de los limites del gusto de lectores ,que han leído a un Lezama o un Dario. Y no es una poesía pretenciosa pero quizás ambiciosa como nuevo fruto para una generación, que se aparta culturalmente de la lírica, generación que se detiene ante los valores heredados de los maestros clásicos, como Paz, Neruda, Guillen o Lorca.
El poeta habanero, de una cosecha admirable y cuidada, como la de su contemporánea Zurelys López Amaya, aporta de alguna manera el ejercicio de una poesía menuda e instantánea para quienes puedan entrar al mundo de una lírica moderna.
"Conozco las palabras aunque mi voz es inasible", dice el poeta habanero, evocando una modestia intelectual y un mensaje que se convierte en carta de presentación de un poeta "Atemporal" por la dualidad y claridad de su poesía.


No soy un critico literario ni creo estar cerca de serlo, pero al leer la poesía de Milho Montenegro pude quedarme con el sabor que deja el cobre cuando muerdes una moneda autentica. No creo que el poeta nace o se hace, sino que se descubre a través de su propio discurso.
Disfrutemos de esta poesía intimista y joven que, también, es una meditación cantada ante el espejo que somos nosotros mismos, los lectores que estamos después del agua. 


-Francisco Henriquez Rosa. Tertulia de Orlando.




Conversación con Luis Cernuda


Alguna vez fui/ viejo Cernuda/ rastro de luz/ bandada de sueños cortando el cielo/ He recibido dádivas de algunos labios cabalgando mi cuerpo/ desentrañando enigmas que pretendía imposibles/ He sido domesticado más de una vez/ Pero también me ha tocado conocer hombres que como hiedras se han alzado por este flanco/ hundiendo sus raíces sin la aquiescencia de mi bondad/ he padecido la vileza de la cobardía/ esa dentellada de la ira ante el anhelo quebrado por la mezquindad de otros que no lograron —quizás no desearon— comprender/ Confieso que me ha tocado caer bajo alguna bota áspera/ lidiar con el silencio cuando no encontré otra manera más que ceder/ claudicar frente al absurdo y la idiotez/ Tuve que resistir la afluencia de las pérdidas/ el desplome/ la apatía/ Ah/ viejo Cernuda/ me ha tocado todo para luego ser nada/ En este instante en que el tiempo moldea mi voluntad como barro inútil lo he comprendido.




Tiempo del regreso


Y los muertos de mi familia regresan (…)
José Kozer


Era el tiempo del regreso/ Retornábamos a la casa de nuestra niñez/ aquella de tantos muertos abandonados a la herrumbre del silencio/ aguardando siempre un ramo de flores/ una oración/ alguna señal para no saberse solos/ ahogados en la nostalgia que se ha expandido como un horizonte/ Partimos hacia un destino que creíamos asible: algunas evocaciones permanecieron en la marea de la espera/ pero la casa no resultó sino una imagen incomprensible/ No hallamos ningún retrato en la pared/ no recibimos reverencias ni sonrisas como presagio/ Fuimos sombras que nadie recibió con rituales de júbilo/ En el tiempo del regreso vislumbramos nuestra condición de hombres más muertos que los muertos: ¿quién ofreció una oración/ un ramo de lirios para sabernos recordados/ herederos todavía de algún sitio a pesar de la ausencia?/ En el retorno no hubo más que la declinación de lo que alguna vez fue cardinal/ sepultando nuestra identidad entre las ruinas/ La misma ciudad parecía otra/ en ella fenecieron los recuerdos de la infancia/ fueron devorados por el musgo y la humedad/ su lucidez no fue suficiente para retener el sonido de estos nombres que hoy apenas son hilachas/ El acto del regreso —lo comprendimos en un golpe de pérdida— es afán de aquel que se marcha/ dejando atrás una duna elemental de fragmentos de sí mismo y/ procurando disiparlo/ vuelve siempre sobre una cuerda floja/ mientras el viento de la incertidumbre amenaza su equilibrio.






Inopia del pez


Ya no quiero ser el pez
Zurelys López Amaya


Como un pez lucho contra la corriente/ soportando el embate de estas aguas/ sus golpes en mi cuerpo/ Mis escamas tiritan/ parecen rendirse mientras intento decir basta/ gritar estoy aquí/ Me refugio en el fondo de este sitio que podría ser río/ océano/ Afuera el mundo sigue su curso/ Mi necesidad es mantenerme a salvo/ Conozco las palabras aunque mi voz es inasible/ se quiebra como burbuja en la superficie/ Voy sobreviviendo en la maleza de estas aguas turbias/ siempre en la profundidad/ queriendo vociferar/ alzar mi voz en un reclamo o en una protesta/ pero soy un pez.


La felicidad es un pájaro que sangra


La felicidad abraza con la endeblez de un guiño/ partícula de polvo que viene en el viento/ rozando el flanco de la nada/ Se restalla contra la roca y se escurre luego hacia lo ignoto/ cayendo garganta abajo-estómago adentro/ Mis manos procuran alcanzar el centro/ traspasar las capas/ esos muros entre su presencia y mi espejismo/ Es un fantasma/ pájaro que sangra en el intento del vuelo: ella tiene un linaje marcado por la desmemoria/ en sus ojos se estanca un fulgor que no advierte este rostro/ La felicidad se cruzó en mi camino/ pero siguió de largo en pasos de un viajero que no se detuvo para mitigar el cansancio/ se alejó como aquel que ha perdido todo/ sin volver atrás.


Umbral de las zonas detestables
Entonces quién me reconocerá
Zofia Beszczynska

Como Flor de Loto extiendo mi cuerpo/ simulo mansedumbre/ esa quietud como el sueño de un ángel/ En mis pétalos se acomoda el hollín del silencio/ la oruga de las horas/ A pesar del lastre intento asir la perfección/ Me ofrezco a otras bestias que se arriman para adorarme/ pero ellas no consiguen vislumbrar lo que guardo entre las raíces/ al fondo del estanque/ La luz no traspasa mis hojas/ los pistilos/ el umbral de las zonas detestables: pedazos/ estrías que hieden/ tizne (cosas que escondo de los ojos)/ La herrumbre y el tumor de la existencia permanecen bajo el destello de mis corolas/ Como Flor de Loto concedo lo mejor de mí/ muestro la parte más sublime/ ese perfil que deslumbra en el enorme vacío del mundo.






Milho Montenegro (Alain Santana López, La Habana, 1982) Licenciado en Psicología General por la Universidad de La Habana. Egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Miembro de la AHS. 1er Premio en el I Certamen Internacional de Cuento Breve “Literatura Fantástica 2017”. Premio Nacional de Poesía de amor 2017. Ha publicado el poemario Rostros de ciudad (Editorial Montecallado, 2014), 1ra Mención en el Premio UNEAC de Poesía David 2012 y Mención en el Premio Félix Pita Rodríguez 2013, Muchachas que llegan con la noche (Editorial Guantanamera, 2016), Muchachos que no merecí (Editorial Espiral Publishing, 2017). Mención Especial del Jurado en el II Certamen Internacional de Poesía “San Isidro Labrador”, España, 2016, y Mención en el Premio Nacional de Poesía Reina del mar editores 2016, con el cuaderno Umbral de las zonas detestables. Colabora actualmente con varias revistas culturales como entrevistador y reseñista.


En cierta entrevista me preguntaron una vez: ¿Por qué elegimos la poesía?, mi respuesta fue la siguiente:

La poesía es un medio eficaz para expresarse, recibir placer, liberar el peso de las emociones que nos habitan dentro. Es puente, voz, plataforma. Existe en todas partes como una espora, átomo de vida que se mueve y cambia y se multiplica constantemente. Nosotros somos parte de su existencia, de su verdad. En cada poema, verso, damos fe de su esencia transformadora. No la elegimos: es ella quien nos abraza, nos impulsa y devuelve –quizás para siempre– a un nuevo universo en el que somos, los poetas, sus discípulos más fieles.



13 de marzo de 2017

Derek Walcott, poeta del caribe

“Escribir poesía es un acto antinatural”, escribió en una ocasión Elizabeth Bishop. “Hace falta talento para hacer que parezca natural”. La idea está emparentada con la que John Keats expresó en una carta de 1818 a su amigo John Taylor: “Si la poesía no llega con la misma naturalidad que las hojas a un árbol, es mejor que no llegue”. Tanto Bishop como Keats aludían a un doble sentido de “natural”: el que tiene que ver con la naturaleza, con el paisaje, con la flora y la fauna, y el que es espontáneo y fluido. En ambos sentidos, Derek Walcott es un poeta natural. 

Derek Walcott  (23 de enero 1930, Castries, Santa Lucia) poeta, dramaturgo y artista visual caribeño. Reconocido por fundir la tradición cultural antillana con la poesía clásica y moderna en lengua inglesa. Es considerado uno de los grandes poetas contemporáneos. Ha escrito más de quince libros de poesía y alrededor de treinta piezas de teatro. Entre sus libros de poesía destacan Otra vida (1973),Uvas de mar (1976), El reino de la manzana estrellada(1979), El viajero afortunado (1981), Verano (1984), El testamento de Arkansas (1987) y Omeros (1990). Ha escrito obras de teatro, entre ellas la conocida Sueño en la montaña del mono (1970). Recibió el premio Nobel en 1992. 


Adiós, carenaje
En el ocioso agosto, cuando el mar se apacigua
y hojas de islas morenas se adhieren a la orilla
de este Caribe, apago la vela
junto al rostro sin sueños de María Concepción
para engancharme como marino en la goleta El Vuelo.
En el patio agrisado por el alba,
permanecí como una piedra y nada más se movía
salvo un mar glacial que ondeaba galvanizado
y las claveras de las estrellas en la bóveda celeste,
hasta que un viento comenzó a inmiscuirse con los árboles.
Pasé junto a mi hosca vecina que barría el patio
cuando bajaba la colina, y entonces casi dije:
“Barra pasito, bruja, porque ella tiene el sueño ligero”,
pero la perra miró a través de mí como si estuviera muerto.
Un taxi se detuvo, las luces de parqueo encendidas.
El chofer levantó mi equipaje con una sonrisa sarcástica:
“¡Esta vez, Shabine, como que te vas de verdad!”
No le respondí al imbécil, simplemente me arrellané
en el asiento de atrás y miré al cielo incendiarse
sobre Laventille, rosado como la camisa en la que dormía
la mujer que abandonaba
y miré el espejo retrovisor y vi a un hombre
exacto a mí, y el hombre lloraba
por las casas, las calles, por toda esa isla de mierda.
¡Que Cristo se apiade de todo lo que duerme!
Desde ese perro que se pudre en Wrightson Road
hasta yo mismo cuando era un perro en estas calles;
si amar estas islas ha de ser mi cruz,
de la podredumbre de mi alma remontará el vuelo;
pero habían empezado a envenenar mi alma
con su casa grande, su carro grande, su gran jolgorio,
culi, negro, sirio y criollo francés,
así que se las dejo a ellos y a su carnaval;
yo voy a tomar un baño de mar, me voy por el camino.
Conozco estas islas, de Monos a Nassau,
un marino de cabeza oxidada y ojos verde mar
que ellos apodan Shabine, jerga para
cualquier negro pelirrojo, y yo, Shabine, vi
cuando estas barriadas de imperio eran el paraíso.
No soy más que un negro pelirrojo enamorado del mar,
recibí una sólida educación colonial,
de holandés, de negro y de inglés hay en mí,
de modo que o no soy nadie o soy una nación.
Pero María Concepción era todo mi pensamiento
al observar el mar levantarse y caer
mientras el lado de babor de los botes pesqueros, yates y goletas,
era pintado otra vez por las pinceladas del sol
que escribía su nombre con cada reflejo;
supe, cuando el atardecer de negra cabellera se puso
sus sedas brillantes al ocaso y, doblando el mar,
se escurrió bajo las sábanas con su risa estrellada,
que no habría reposo, que no habría olvido.
Es como contarles a los dolientes alrededor de la tumba
sobre la resurrección, ellos quieren al muerto de vuelta,
entonces sonreí para mí cuando soltaron amarras
El Vuelo giró rumbo al mar: “De nada sirve repetir
que el mar tiene más peces. A ella no la quiero ataviada
con la asexuada luz de un serafín,
quiero esos redondos ojos castaños como un tití, y
hasta el día en que pueda recostarme y reír,
esas uñas que cosquilleaban mi espalda en las tardes
sudorosas de domingo, como un cangrejo en la arena mojada.”
Mientras trabajaba, observando las deleznables olas
pasar la proa que tijeretea el mar como seda,
juro a todos ustedes, por la leche de mi madre,
por las estrellas que han de huir del hornillo de esta noche,
que los amé, a mis hijos, mi esposa, mi hogar;
los amé como los poetas aman la poesía
que los mata, como los marinos ahogados el mar.

¿Alguna vez al mirar desde una playa desierta
han visto una goleta lejana? Bueno, cuando escriba
este poema, cada verso estará empapado en sal;
voy a anudar cada línea tan fuerte
como las cuerdas de este aparejo; para decirlo claramente,
mi lenguaje ordinario será el viento,
mis páginas las velas de la goleta El Vuelo.
Pero déjenme que les cuente cómo empezó este asunto.

Shabine descubre la mitad del camino
Hombre, lo primero fue volar a la cocina a la mañana siguiente
a preparar un poco de café; la neblina se levantaba del mar
como el vapor de la cafetera al bajarla
lento, lento, porque no podía creer lo que veía:
en lo que fuera un horizonte de plata,
la niebla se retorcía y se hinchaba hasta convertirse en velas, tan cerca,
tan velas, que se me pusieron los pelos de punta,
era el horror, pero era bello.
Flotamos a través de un bosque susurrante de barcos
con velas secas como el papel, detrás del cristal
vi hombres con la cuenca de los ojos oxidada como cañones,
y siempre que sus tripulaciones medio desnudas pasaban frente al sol,
bajo la piel se transparentaban los huesos
como hojas que la luz atraviesa; fragatas, bergantines,
una desganada corriente los arrastraba,
y encumbrados en sus cubiertas vi famosos almirantes
Rodney, Nelson, de Grasse, oí las rudas órdenes
que ellos daban a los shabines, y aquella selva
de mástiles embistió a la goleta El Vuelo,
y no se oyó más que el rumor fantasmagórico
de las olas susurrando como la hierba con un viento débil,
y la maleza siseante que arrastraban desde la popa;
se alzaban y caían lentamente de este a oeste
como si este mundo redondo fuera una noria enloquecida,
cada navío escurriendo agua como un cubo de madera
rescatado de las profundidades; mi memoria le daba vueltas
a todos los marinos ante mí, entonces el sol
caldeó el cerco del horizonte y fueron niebla.
Luego pasamos los barcos negreros. Banderas de todas las naciones,
nuestros padres bajo las cubiertas, demasiado bajo, supongo,
para oirnos gritar. Entonces dejamos de gritar. ¿Sabe alguien
quién es su abuelo, mucho menos su nombre?
Mañana recalaremos en Barbados.

2 de marzo de 2017

Poesía en dos mundos



Presento algunos de mis poemas traducidos al ingles por mi hijo  Ariel Francisco, que también practica la poesía.

I present some of my poems translated into English
by my son Ariel Francisco, who also practices poetry.

 Haiku


A tu lado soy
la sombra de la luna
que aun te inventa.


Si tu eres la luz
que mis ojos buscaban
alùmbrame ya.


Un solo beso
harìa millonaria
a tu sonrisa.


 Haiku


By your side I am
the moon’s shadow
that invents you.


If you are the light
my eyes have been searching for
illuminate me.


A single kiss
would make a millionaire
of your smile.


El Caracol


Se enfureciò de luz
la sombra
cuando
el caracol
dormia
su angustia salada.


The Snail


Fury of light
on the shadow
when
the snail
slept
its salted anguish.


El Universo


El Cielo envejeciò
de tanto ser azul.
La Luna, quedò enredada
en un panal de estrellas.
El Sol, después de tanta paciencia
(millones de años luz)
ha pasado su vida
soñando con el fuego.


The Universe


The Sky grew old
from being so blue.
The Moon was tangled
in a honeycomb of stars.
The Sun, after so much patience
(millions of lightyears)
has lived his life
dreaming with fire.


Lluvia


Hoy te vi llegar
cargada de viento
con una sonrisa
verde y azul
tratando de llevarme
junto a tu follaje
y tu aventura
de fríos y cantares.

Hoy te vi llegar
lluvia inmaculada
y llena de misterios
con tu boca de garza
y tus ojos de chivo
girando a mi alrededor
con ganas de mojarme
que es tu forma de besar.

Hoy te vi llegar
y me quedé ciego
ante tu belleza de misterio
porque la belleza es un misterio
cuando es en forma torrencial
y llena de armonías gigantes.

Hoy te vi llegar
y quise irme contigo
a ese lugar de granizos
y vapores
donde naces todos los días.
Hoy te vi llegar
y disfrute tu embestida
y coqueteos
de una mujer de agua y viento
de una mujer que besa lo que moja
que moja lo que besa
de una mujer que quiero
con todos los ciclones.


Rain


Today I saw you come
carried by wind
with a smile
green and blue
trying to take me
with you to your foliage
and your adventure
of cold and song.

Today I saw you come
immaculate rain
and full of mysteries
with your heron’s mouth
and your childish eyes
turning around me
with plans to soak me
your way of kissing.

Today I saw you come
and I was left blind
before your mysterious beauty
because beauty is a mystery
when it’s in a torrential form
and full of giant harmonies.

Today I saw you come
and I wanted to go with you
to that place of hail
and vapors
where you’re born everyday.

Today I saw you come
and enjoyed your assault
and flirtations
of a woman of water and wind
of a woman that kisses what she soaks
that soaks what she kisses
of a woman that I want
with all of her cyclones.


Luz y Sombra.


Una luz
la sombra
del amor
el sabor
de un rostro
con unos ojos
que iluminan
la vida
y una boca
puerta divina
del cielo.


Light and Shadow


A light
the shadow
of love
the taste
of a face
with eyes
that illuminate
life
and a mouth
divine door
of the sky.


Pensar en ti


Hoy no he de pensar en ti
pero miro por la ventana
y la noche dice tu nombre.
Hoy no debo pensar en ti
pero el árbol del patio
se columpia por ti.
Hoy no puedo pensar en ti
pero hay razones
que niegan esa teoría.
Hoy no siento pensar en ti
pero el reloj
me pregunta por ti.
Hoy no quiero pensar en ti
y el corazón me dice: Mentiroso.


Thinking of You


Today I will not think of you
but I look out the window
and the night tells me your name.
Today I shouldn’t think of you
but the tree in the backyard
sways for you.
Today I can’t think of you
but there are reasons
that refute this theory.
Today I don’t feel like thinking of you
but the clock
asks about you.
Today I don’t want to think of you
and my heart tells me: liar.

® Francisco Henriquez Rosa
® Ariel Francisco (Traducción)

Poema de Francisco Henriquez

  Pregunta   En que bolsillo de mi alma Guardaré tu ausencia? En que mirada de la muchedumbre  Encontraré la tuya? Cuando el suelo me hable ...