"Como un pez lucho contra la corriente/ soportando el embate de estas aguas"
La poesía de el poeta Milho Montenegro (Alain Santana López, La Habana, 1982) es una poesía limpia y ordenada, cargada de una disciplina literaria y experimental, salvando una continuación del modernismo de un Martí o un Manuel del Casal, para dar algunos ejemplos académicos, ante una poesía que emerge fresca y comunicante.
El poeta conecta su lírica desde lo esotérico a lo terrenal, desde lo visual a lo corporal,
“Como Flor de Loto extiendo mi cuerpo/ simulo mansedumbre/ esa quietud como el sueño de un ángel.” Maneja el discurso poético con una prosa que no se aleja de la poesía, salvada por las imágenes y metáforas necesarias para el mensaje subliminal que, orienta al lector, estableciendo la comunicación y la comunión del poema.
Aun así el poeta escriba desde una posible insularidad, es un poeta con una linea universal. Su poesía es joven, pero su canto puede ser ancestral, poesía que es correcta, dentro de los limites del gusto de lectores ,que han leído a un Lezama o un Dario. Y no es una poesía pretenciosa pero quizás ambiciosa como nuevo fruto para una generación, que se aparta culturalmente de la lírica, generación que se detiene ante los valores heredados de los maestros clásicos, como Paz, Neruda, Guillen o Lorca.
El poeta habanero, de una cosecha admirable y cuidada, como la de su contemporánea Zurelys López Amaya, aporta de alguna manera el ejercicio de una poesía menuda e instantánea para quienes puedan entrar al mundo de una lírica moderna.
"Conozco las palabras aunque mi voz es inasible", dice el poeta habanero, evocando una modestia intelectual y un mensaje que se convierte en carta de presentación de un poeta "Atemporal" por la dualidad y claridad de su poesía.
No soy un critico literario ni creo estar cerca de serlo, pero al leer la poesía de Milho Montenegro pude quedarme con el sabor que deja el cobre cuando muerdes una moneda autentica. No creo que el poeta nace o se hace, sino que se descubre a través de su propio discurso.
Disfrutemos de esta poesía intimista y joven que, también, es una meditación cantada ante el espejo que somos nosotros mismos, los lectores que estamos después del agua.
-Francisco Henriquez Rosa. Tertulia de Orlando.
Conversación
con Luis Cernuda
Alguna
vez fui/ viejo Cernuda/ rastro de luz/ bandada de sueños cortando el
cielo/ He recibido dádivas de algunos labios cabalgando mi cuerpo/
desentrañando enigmas que pretendía imposibles/ He sido domesticado
más de una vez/ Pero también me ha tocado conocer hombres que como
hiedras se han alzado por este flanco/ hundiendo sus raíces sin la
aquiescencia de mi bondad/ he padecido la vileza de la cobardía/ esa
dentellada de la ira ante el anhelo quebrado por la mezquindad de
otros que no lograron —quizás no desearon— comprender/ Confieso
que me ha tocado caer bajo alguna bota áspera/ lidiar con el
silencio cuando no encontré otra manera más que ceder/ claudicar
frente al absurdo y la idiotez/ Tuve que resistir la afluencia de las
pérdidas/ el desplome/ la apatía/ Ah/ viejo Cernuda/ me ha tocado
todo para luego ser nada/ En este instante en que el tiempo moldea mi
voluntad como barro inútil lo he comprendido.
Tiempo
del regreso
Y
los muertos de mi familia regresan (…)
José
Kozer
Era
el tiempo del regreso/ Retornábamos a la casa de nuestra niñez/
aquella de tantos muertos abandonados a la herrumbre del silencio/
aguardando siempre un ramo de flores/ una oración/ alguna señal
para no saberse solos/ ahogados en la nostalgia que se ha expandido
como un horizonte/ Partimos hacia un destino que creíamos asible:
algunas evocaciones permanecieron en la marea de la espera/ pero la
casa no resultó sino una imagen incomprensible/ No hallamos ningún
retrato en la pared/ no recibimos reverencias ni sonrisas como
presagio/ Fuimos sombras que nadie recibió con rituales de júbilo/
En el tiempo del regreso vislumbramos nuestra condición de hombres
más muertos que los muertos: ¿quién ofreció una oración/ un ramo
de lirios para sabernos recordados/ herederos todavía de algún
sitio a pesar de la ausencia?/ En el retorno no hubo más que la
declinación de lo que alguna vez fue cardinal/ sepultando nuestra
identidad entre las ruinas/ La misma ciudad parecía otra/ en ella
fenecieron los recuerdos de la infancia/ fueron devorados por el
musgo y la humedad/ su lucidez no fue suficiente para retener el
sonido de estos nombres que hoy apenas son hilachas/ El acto del
regreso —lo comprendimos en un golpe de pérdida— es afán de
aquel que se marcha/ dejando atrás una duna elemental de fragmentos
de sí mismo y/ procurando disiparlo/ vuelve siempre sobre una cuerda
floja/ mientras el viento de la incertidumbre amenaza su equilibrio.
Inopia
del pez
Ya
no quiero ser el pez
Zurelys
López Amaya
Como
un pez lucho contra la corriente/ soportando el embate de estas
aguas/ sus golpes en mi cuerpo/ Mis escamas tiritan/ parecen rendirse
mientras intento decir basta/ gritar estoy aquí/ Me refugio en el
fondo de este sitio que podría ser río/ océano/ Afuera el mundo
sigue su curso/ Mi necesidad es mantenerme a salvo/ Conozco las
palabras aunque mi voz es inasible/ se quiebra como burbuja en la
superficie/ Voy sobreviviendo en la maleza de estas aguas turbias/
siempre en la profundidad/ queriendo vociferar/ alzar mi voz en un
reclamo o en una protesta/ pero soy un pez.
La
felicidad es un pájaro que sangra
La
felicidad abraza con la endeblez de un guiño/ partícula de polvo
que viene en el viento/ rozando el flanco de la nada/ Se restalla
contra la roca y se escurre luego hacia lo ignoto/ cayendo garganta
abajo-estómago adentro/ Mis manos procuran alcanzar el centro/
traspasar las capas/ esos muros entre su presencia y mi espejismo/ Es
un fantasma/ pájaro que sangra en el intento del vuelo: ella tiene
un linaje marcado por la desmemoria/ en sus ojos se estanca un fulgor
que no advierte este rostro/ La felicidad se cruzó en mi camino/
pero siguió de largo en pasos de un viajero que no se detuvo para
mitigar el cansancio/ se alejó como aquel que ha perdido todo/ sin
volver atrás.
Umbral
de las zonas detestables
Entonces
quién me reconocerá
Zofia
Beszczynska
Como
Flor de Loto extiendo mi cuerpo/ simulo mansedumbre/ esa quietud como
el sueño de un ángel/ En mis pétalos se acomoda el hollín del
silencio/ la oruga de las horas/ A pesar del lastre intento asir la
perfección/ Me ofrezco a otras bestias que se arriman para adorarme/
pero ellas no consiguen vislumbrar lo que guardo entre las raíces/
al fondo del estanque/ La luz no traspasa mis hojas/ los pistilos/ el
umbral de las zonas detestables: pedazos/ estrías que hieden/ tizne
(cosas que escondo de los ojos)/ La herrumbre y el tumor de la
existencia permanecen bajo el destello de mis corolas/ Como Flor de
Loto concedo lo mejor de mí/ muestro la parte más sublime/ ese
perfil que deslumbra en el enorme vacío del mundo.
Milho
Montenegro (Alain Santana López, La Habana, 1982) Licenciado en
Psicología General por la Universidad de La Habana. Egresado del
Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Miembro de la
AHS. 1er Premio en el I Certamen Internacional de Cuento Breve
“Literatura Fantástica 2017”. Premio Nacional de Poesía de amor
2017. Ha publicado el poemario Rostros de ciudad (Editorial
Montecallado, 2014), 1ra Mención en el Premio UNEAC de Poesía David
2012 y Mención en el Premio Félix Pita Rodríguez 2013, Muchachas
que llegan con la noche (Editorial Guantanamera, 2016), Muchachos que
no merecí (Editorial Espiral Publishing, 2017). Mención Especial
del Jurado en el II Certamen Internacional de Poesía “San Isidro
Labrador”, España, 2016, y Mención en el Premio Nacional de
Poesía Reina del mar editores 2016, con el cuaderno Umbral de las
zonas detestables. Colabora actualmente con varias revistas
culturales como entrevistador y reseñista.
En
cierta entrevista me preguntaron una vez: ¿Por qué elegimos la
poesía?, mi respuesta fue la siguiente:
La
poesía es un medio eficaz para expresarse, recibir placer, liberar
el peso de las emociones que nos habitan dentro. Es puente, voz,
plataforma. Existe en todas partes como una espora, átomo de vida
que se mueve y cambia y se multiplica constantemente. Nosotros somos
parte de su existencia, de su verdad. En cada poema, verso, damos fe
de su esencia transformadora. No la elegimos: es ella quien nos
abraza, nos impulsa y devuelve –quizás para siempre– a un nuevo
universo en el que somos, los poetas, sus discípulos más fieles.
6 comentarios:
Agradecer a Francisco por estas palabras y a Milho una vez más por su poesía, cercana, desgarradora y sentida.
Saludos
Gracias a Francisco por sus palabras, a la tertulia de Orlando por esta oportunidad de compartir mi obra mas alla de los lindes de mi amada isla. Que la poesia nos una siempre...
Milho
Y gracias a ti también poeta del Caribe por esa poesía que abraza
Y galopa al son del canto de la esperanza. Esperamos en un futuro no lejano estrenar la tertulia de orlando en La Habana con los hermanos poetas de la patria de Marti
Hi! Thanks for the great information you havr provided! You have touched on crucuial points! tecnicas para interactuar
Software para SOFOM dice: No conseguí abstenerme de comentar. ¡Muy bien escrito!
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