Pintura, Playa de South Hampton, Long Island |
Último
beso
Estoy
a la orilla de tu vida
mendigándole
a la distancia
la
posibilidad de un encuentro
contigo
Tu
cuerpo diminuto y grande
lo
conservo en mis manos
con
el último perfume
de
tu espalda.
Deja
que vuelva a acariciar
tu
pelo, hecho de sombras
y
ternuras.
No
muere el instante
en
que te vi reír
a
la antesala de un beso
que
secuestró mi vida
sin
pedirle rescate
a
tu silencio.
Quiero
volver
a
caminar en tu cintura,
a
resbalar de miedo en tus caderas
y
acribillar mi lengua
en
tus deseos.
Tu
piel se quedó grabada
en
las sagradas líneas de mi mano,
tu
último beso fue el primero.
El beso que me debes
Con
la sonrisa
guardada en mi cabeza,
suena
mi voz de lejos
buscando tu
caricia,
y
es mi canto el avión
que vuela en
tu garganta
para
pedirte el beso
que me debes,
después
de tanto tiempo
de extrañarte.
® Francisco Henriquez Rosa
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