26 de agosto de 2011

Sergio Ramírez: “Somos medievales: nos interesa más la muerte que la resurrección”


El ex líder sandinista habla de su último libro. Y dice que la revolución ya no es la panacea del idealismo.
POR SUSANA REINOSO

Todos los inconformes son, de algún modo, fugitivos. El inconformismo ha sido siempre un motor para la Historia”. La reflexión del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, ganador de premios literarios internacionales y ex vicepresidente de Nicaragua, viene a cuento de su más reciente novela, La fugitiva (Alfaguara), que lo trajo a Buenos Aires.

La historia, que transcurre en Costa Rica, es la de una perdedora que no se resigna, pese a haber nacido en el lugar y en la época equivocados, una inconformista que elige escribir en una sociedad que no lee. La novela ha supuesto para el escritor un desafío que le impuso “un grado alto de dificultad”, según cuenta durante la charla. Es un trabajo coral en el que tres mujeres, diametralmente opuestas, convergen en Amanda Solano, la protagonista.

La historia de Amanda transcurre en una escenografía histórica que es la de América latina en la primera mitad del siglo pasado. Allí, ella con su genialidad, su sentido de la libertad y sus fracasos. “La Historia con mayúsculas es el resultado de las ausencias”, dice el escritor, quien resolvió el dilema de lo femenino “dando distintas voces a estas tres mujeres. La clave era el lenguaje”. El éxito de Ramírez ha sido conseguir una novela visual en la que Amanda Solano es más que verosímil. Resulta real.

¿Cómo lo logra? “Con el cine, dice el escritor, que ha estado en mi vida desde niño. Mi tío Angel Mercado era el dueño del cine del pueblo. Y trabajé con él como operador. No fue hasta ver Rashomon, de Kurosawa, que entendí que una historia en el cine puede contarse tantas veces como perspectivas haya. Un personaje proviene siempre de una persona. Conocí la historia de esta mujer hace medio siglo cuando vivía en Costa Rica. Entonces era alguien muy marginal que había muerto en México, abandonada y con una vida desgraciada. Se hablaba de ella con reticencia. Medio siglo después volví, investigué en la prensa y las hemerotecas, reconstruí la época hasta tener el escenario.” La novela abre con la muerte. Sergio Ramírez dice que “la necrofilia es parte de nuestra cultura cristiana” y que en realidad “no somos hijos del Renacimiento, sino del Medioevo, de allí el peso de la muerte en la cultura. Celebramos la muerte y no la resurrección”.

De la literatura es inevitable pasar a la política cuando se dialoga con una leyenda del sandinismo nicaragüense. ¿Por qué la literatura ha dejado de ser constitutiva del discurso político? “La gran ruptura es con la Revolución Cubana. Todavía la revolución nicaragüense alcanza a congregar a los intelectuales en defensa del romanticismo y las reivindicaciones sociales. Eso ya no ocurre, porque las revoluciones dejaron de ser la gran panacea del idealismo”.

De la incorformidad de Amanda, la charla deriva a los indignados europeos que manifiestan por todas partes. “No digo que estos movimientos no sean útiles. Sirven para sacudir la conciencia de la sociedad y dejar lemas inolvidables, pero no producen cambios porque no son orgánicos. Las expresiones orgánicas de una sociedad son sus partidos políticos. De todos modos, esa enorme inconformidad en todas partes tiene que ver con que los sistemas políticos se están agotando y generan vacíos. El capitalismo es el egoísmo como sistema. Ahora se ve muy bien con la crisis en Estados Unidos. El Estado financia a los ladrones. Los que quebraron a los bancos son premiados. Se necesita a los jóvenes para exigir cambios”.

Habla de política, pero vuelve a la literatura: termina la charla contando que se va a Italia en los próximos días con una beca para escritores, en una villa próxima al Lago de Como.
Fuente: Revista Letra Ñ Clarin

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