14 de agosto de 2011

Cuba se reconcilia por fin con Cabrera Infante

 

Una editorial oficial publica un ensayo sobre la obra del autor de 'Tres tristes tigres', exiliado de la isla en 1965

Guillermo Cabrera Infante regresa a Cuba de la mano de dos jóvenes periodistas de su país, Elizabeth Mirabal y Carlos Velazco, autores de un ensayo de más de 300 páginas centrado en la obra y trayectoria cultural del autor de Tres tristes tigres durante los años que vivió en la isla, hasta que rompió con la revolución de Fidel Castro, se exilió y se convirtió en uno de sus principales críticos.

Sobre los pasos del cronista: el quehacer intelectual de Guillermo Cabrera Infante en Cuba hasta 1965 será publicado la próxima semana por la editorial de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), todo un acontecimiento en un país que durante décadas le consideró oficialmente un autor maldito y donde, en contrapartida, el escritor nunca quiso que se publicaran sus obras.
El texto, que es parte de una tesis de grado más amplia, ganó el premio de ensayo de la UNEAC en 2009 y, según Carlos Velazco, de 25 años, es un recorrido por la vida y trayectoria del premio Cervantes desde su infancia en Gibara hasta que abandonó la isla tras el entierro de su madre, en 1965. "El libro aborda aspectos poco conocidos de su vida, como su condición de consejero del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica o de reportero acompañante de Fidel Castro en sus viajes internacionales tras el triunfo guerrillero", asegura uno de los autores.
En uno de los capítulos, dedicado a su actividad en el ICAIC como asesor de Alfredo Guevara, presidente del organismo oficial durante décadas, cuenta el viaje que ambos hicieron a México en el verano de 1959 para entrevistarse con el mandamás de la 20th Century Fox, Jerry Wald, que estaba interesado en producir una película sobre la vida de Fidel Castro.
Según los autores del ensayo, Alfredo Guevara había rechazado la propuesta de la compañía estadounidense de que el director fuera Richard Wilson, que acababa de estrenar una película biográfica sobre Al Capone, y ambos propusieron el nombre de Orson Welles como realizador y el de Marlon Brando para interpretar el papel de Castro. Claro está que la película no se hizo.
Otros capítulos del libro tratan sobre las polémicas intelectuales en torno al diario Lunes de la Revolución, en las que Infante fue parte activa, o sobre su trayectoria periodística en la revista Carteles, o como crítico de cine, entre otras facetas.
Para hacer el libro ambos autores entrevistaron a numerosos escritores y personalidades residentes en la isla (Antón Arrufat o Pablo Armando Fernández, entre otros) y fuera de ella (Matías Montes Huidobro, Fausto Canel o Luis Agüero), además de realizar una extensa revisión bibliográfica en Cuba.
Según el premio Nacional de Literatura, Reynaldo González, el libro tiene valor entre otras razones porque "es bueno que cada vez haya menos adentros y afueras" en la literatura cubana. "Cabrera Infante es un indispensable de la cultura cubana, tiene el gran mérito de haber convertido el lenguaje del habanero en lenguaje literario", asegura el novelista Leonardo Padura, que recuerda como si fuera ayer cómo en la universidad le prestaron Tres tristes tigres, "casi clandestinamente, para que se lo leyera en tres noches, en las que por supuesto no dormí".
Con independencia de las revelaciones que haga, opina Leonardo Padura, el mero hecho de que el ensayo de Mirabal y Velazco haya obtenido un premio oficial y sea publicado ahora es un signo "positivo y reflejo de que poco a poco se vuelve a la normalidad".

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