Oda XVIII
En la ascención
¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, escuro,
con soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, ¿te vas al inmortal seguro?
Los antes bienhadados,
y los agora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de ti desposeídos,
¿a dó convertirán ya sus sentidos?
¿Qué mirarán los ojos
que vieron de tu rostro la hermosura,
que no les sea enojos?
Quien oyó tu dulzura,
¿qué no tendrá por sordo y desventura?
Aqueste mar turbado,
¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto
al viento fiero, airado?
Estando tú encubierto,
¿qué norte guiará la nave al puerto?
¡Ay!, nube, envidiosa
aun deste breve gozo, ¿qué te aquejas?
¿Dó vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!
27 de marzo de 2005
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Soledades
La soledad del ascensor Es como la soledad Del espejo Que te miras Sin mirar a nadie. La soledad de los cementerios Es una soled concu...
-
"Mi sueño es el de Picasso; tener mucho dinero para vivir tranquilo como los pobres." "Es mejor saber después de haber pensad...
-
Amén de Mariposas Don Pedro Mir PRIMER TIEMPO Cuando supe que habían caído las tres hermanas Mirabal me dije: la sociedad ...
-
La mujer se acerca a un ciprés oloroso a invierno deja que la cobije su sombra se acomoda entre sus ramas moviéndose ambos al ritmo del vien...
No hay comentarios:
Publicar un comentario