Ese ronquido inquieto en tu sonrisa
dulce sonido en tu saliva
enriqueciendo cada beso
con la bulla del alma.
Suena tu voz
como campana ardiente
sonando y soñando
laberintos de amores.
La mueca de tu voz
o la alfombra azul
que dibuja tu lengua
con el sonido ardiente
del deseo.
La sonrisa que cabalga
al compás de las golondrinas
de un Becquer Enamorado
que dibuja to voz.
Tu voz que aletea
como pez convertido
en paloma.
Tu voz que murmura
el sonido ardiente
de unos labios volcanes.
La mueca de tu voz
pantalla gigante de placeres
donde diente y lengua
son los mejores amigos
del beso clandestino.
® Francisco Henriquez Rosa
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