Te
cambio mi camisa
por
tu espalda de nubes.
Te
cambio mis dos ojos
por
tus senos despiertos.
Te
cambio mi sombrero
por
tu cabeza ardiente.
Te
cambio mi sendero
por
tus piernas sin rumbo.
Te
cambio mi silencio
por
tu voz que es un mundo.
Cambio
todos mis libros
por
tu cerebro inquieto.
Te
cambio tu misterio
por
mi publico anhelo.
® Francisco Henriquez Rosa
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