Aleyda Aguirre R.
La tumba de Pablo Neruda (12 de julio de 1904-23 de septiembre de 1973) se encuentra frente al mar en Isla Negra. Ahí está la casa que no sabe cuándo le nació. “Era a media tarde, llegamos a caballo por aquellas soledades… Don Eladio iba delante, vadeando el estero de Córdoba que se había crecido… Por primera vez sentí como una punzada este olor a invierno marino, mezcla de boldo y arena salada, algas y cardos… Aquí, dijo don Eladio Sobrino (navegante) y allí nos quedamos. Luego la casa fue creciendo, como la gente, como los árboles…” En esa casa el chileno escribió Canto General.
Quien visite la calle Poeta Neruda s/n en Isla Negra, El Quisco, en Chile, se topará con la historia del caballo. Lo vio en una ferretería de Temuco. Todas las veces que Ricardo Neftalí Reyes Basoalto --verdadero nombre de Neruda-- pasaba por ahí acariciaba el hocico del equino; de tanto acercarse a él, lo quiso adquirir pero sus dueños respondieron con hondas negativas. Un mal día, un incendio lamió con lenguas de fuego el negocio que alojaba al animal. La gente gritaba: “salven el caballo de Neruda” y fue lo primero que la obediencia de los bomberos hizo. Finalmente, Pablo compró su añorado caballo en una subasta y le organizó una fiesta el día que lo llevó a su casa.
Quedan en ésta como testimonio de su amor por el mar y los barcos: mascarones de proa, réplicas de veleros, barcos dentro de botellas, caracolas marinas y dientes de cachalote. También se encuentran otras locuras de poeta: pipas, zapatos antiguos, máscaras y botellas de extrañas formas, recuerdo de las obsesiones del Premio Nobel de Literatura 1971.
Fuente: Suplemento La Jornada Semanal. Mexico
No hay comentarios:
Publicar un comentario