Una mujer es un hueco desesperado que supura, se encoge, agita, pide a gritos, y si no alcanza (algunas son jorobadas o profesoras de latín) chilla hasta volverse santa o revolucionaria.
Un hombre es un producto bíblico, mansa bestia sin interés que resopla cuando posee, o de lo contrario duerme la siesta.
La mujer es siempre histérica, egoísta y sentimental.
El hombre es una especie de mulo oloroso que gusta sentarse cuando se halla en chancletas.
Una mujer, si es normal, acata siempre las ideas del que la ensarta.
Un hombre, normal, adora siempre la imagen del que lo humilla. Una cualidad los define mutuamente: son excesivamente exhibicionistas, anuncian con varios meses ( a veces con años) de anticipación la fecha exacta en que darán comienzo a sus fornicaciones.
Un hombre es un producto bíblico, mansa bestia sin interés que resopla cuando posee, o de lo contrario duerme la siesta.
La mujer es siempre histérica, egoísta y sentimental.
El hombre es una especie de mulo oloroso que gusta sentarse cuando se halla en chancletas.
Una mujer, si es normal, acata siempre las ideas del que la ensarta.
Un hombre, normal, adora siempre la imagen del que lo humilla. Una cualidad los define mutuamente: son excesivamente exhibicionistas, anuncian con varios meses ( a veces con años) de anticipación la fecha exacta en que darán comienzo a sus fornicaciones.
© Reynaldo Arenas
Holguín, 1943 - Nueva York, 1990) Novelista cubano cuya obra inicial se inscribió en la narrativa del boom latinoamericano, y cuyas últimas producciones son un testimonio doloroso y satírico de su vida, como en Antes que anochezca (1992).
En 1962, cuando sólo contaba diecinueve años, apareció su primera y última novela editada en la isla, Celestino antes del alba, ya que el resto de su producción se publicó en el extranjero.
Finalmente, en 1980, por una amnistía gubernamental, pudo optar por el exilio. Se trasladó primero a Miami, donde no tuvo suerte, y luego a Nueva York, ciudad en la que se instaló definitivamente y continuó escribiendo, hasta que, enfermo de sida, decidió quitarse la vida en 1990, dejando más de veinte libros, que incluyen diez novelas, algunos poemas, relatos breves y obras de teatro.
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