17 de septiembre de 2015

Hagamos un trato



Te cambio mi camisa
por tu espalda de nubes.

Te cambio mis dos ojos
por tus senos despiertos.

Te cambio mi sombrero
por tu cabeza ardiente.

Te cambio mi sendero
por tus piernas sin rumbo.

Te cambio mi silencio
por tu voz que es un mundo.

Cambio todos mis libros
por tu cerebro inquieto.

Te cambio tu misterio
por mi publico anhelo.


®  Francisco Henriquez Rosa

16 de septiembre de 2015

Imagen del Silencio






Me quedé mirándola fijamente
en blanco y negro
buscando en el brillo
de sus ojos
el deseo perdido.

Ni siquiera parpadeaba
al mirarla
porque me miraba también
buscando en mi
la realidad de una vida
que no se acaba.

Miraba su boca
su nariz
y hasta su frente
y todo el rostro
maravillado
por el misterio.

Yo, parpadeaba
de tanto mirarla
ella, no.

Yo sonreía, mirándola
de arriba a bajo,
desde el cuello
hasta la última brisa
de su pelo negro,
y ella, ni siquiera
una mueca de vida,
sólo, una sombra de silencio.

Así, me quedé dormido,
mirándola
y desperté con ella
en mi mano izquierda
con mi pulgar
acariciando la foto.


® Francisco Henriquez Rosa


14 de septiembre de 2015

La Mueca de tu voz




Ese ronquido inquieto en tu sonrisa
dulce sonido en tu saliva
enriqueciendo cada beso
con la bulla del alma.

Suena tu voz
como campana ardiente
sonando y soñando
laberintos de amores.

La mueca de tu voz
o la alfombra azul
que dibuja tu lengua
con el sonido ardiente
del deseo.

La sonrisa que cabalga
al compás de las golondrinas
de un Becquer Enamorado
que dibuja to voz.

Tu voz que aletea
como pez convertido
en paloma.

Tu voz que murmura
el sonido ardiente
de unos labios volcanes.

La mueca de tu voz
pantalla gigante de placeres
donde diente y lengua
son los mejores amigos
del beso clandestino.



® Francisco Henriquez Rosa

13 de septiembre de 2015

Poesía Dominicana



EL VIENTO FRÍO


Debo saludar la tarde desde lo alto,
poner mis palabras del lado de la vida
y confundirme con los hombres
por calles en donde empieza a caer la noche.

Debo buscar la sonrisa de mis camaradas
y tocar en el hombro a una mujer
que lee revistas mordiendo un cigarrillo;
ya no es hora de contar sordas historias
episodios de irremediable llanto,
todo perdido, terminado.

Ahora estamos frente a otro tiempo
del que no podemos salir hacia atrás,
estamos frente a las voces y las risas,
alguien alza en sus brazos a un niño,
otros hay que destapan botellas
o buscan entretenidamente alguna dirección,
una calle, una casa pintada de verde
con balcones hacia el mar...

Debo buscar a los demás,
a la muchacha que cruza la ciudad
con extraños perfumes en los labios,
al hombre que hace vasijas de metal,
a los que van amargamente alegre a las fiestas.

Debo saludar a los camaradas indiferentes
y a los que viajan hacia otra parte del mundo,
porque todo ha cambiado de repente
y se ha extinguido la pequeña llama
que un instante nos azotó,
quemó las manos de alguien, el cabello,
la cabeza de alguien.

Ahora se acaban aquellas palabras,
se harán ceniza del corazón,
se quedarán para uno mismo...

Es hermoso ahora besar la espalda de la esposa,
la muchacha vistiéndose en un edificio cercano,
el viento frío que acerca su hocico suave
a las paredes,
que toca la nariz, que entra en nosotros
y sigue lentamente por la calle,
por toda la ciudad...


René Del Risco Bermúdez

Del Risco nació en 1936 en Macorís del mar, tierra de peloteros y poetas, y en la práctica soñó con ser ambas cosas. La pelota, como deporte, se respiraba en el aire: la poesía la llevaba en la sangre, siendo  nieto de Federico Bermúdez, el notable cantor de Los humildes. Hoy se sabe que descolló como animador, publicista, narrador y poeta, aunque no como pelotero. Eso sí, fue fanático irreductible de los Tigres del Licey.

La noche del 20 de diciembre de 1972, René del Risco Bermúdez  acudió a una cita con el destino en la avenida George Washington –el malecón de la ciudad capital. Era una cita al parecer ineludible, a juzgar por las veces que había sido presentida: una cita con la muerte prematura, muerte a destiempo junto al mar que el poeta amaba.

Poetas y Escritores Arabes.

Escritores y poetas árabes famosos que debes conocer. En la vasta y rica historia de la literatura árabe, muchos escritores y poetas han dej...